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Edward Cullen
Breaking Dawn In Your Mind
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MensajeTema: Artículo   Artículo Icon_minitimeMiér Mayo 07, 2008 12:41 pm

Vampiros El artmculo que a continuacisn transcribo esta tomado del Dictionaire Infernal, editado en Parms en 1865.

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Lo mas notable en las historias de vampiros, es que han compartido con los filssofos -esos otros demonios- el honor de asombrar y confundir al siglo XVIII; han horrorizado la Lorena, la Prusia, la Silesia, Polonia, Austria, Rusia, la Bohemia, y todo el norte de Europa. Cada siglo, es cierto, ha tenido sus modas; cada pams, como lo observa el seqor Calmet, ha tenido sus prevenciones y sus enfermedades. Pero los vampiros no han aparecido con todo su esplendor en los siglos barbaros y en los pueblos salvajes: se han mostrado en el siglo de Diderot y Voltaire, en la Europa que se decma ya civilizada. Se ha dado el nombre de upiers oupires, y mas generalmente de vampiros en Occidente, de bruculaques (vroucolacas) en Morei, y de katahanis en Ceilan, a los hombres muertos y enterrados que despuis de muchos aqos, o al menos despuis de muchos dmas, volvman en cuerpo y alma, hablaban, caminaban, infestaban las aldeas, maltrataban a hombres y a los animales, y sobre todo, chupaban la sangre de sus prsjimos, los agotaban y les producman la muerte {esta es la definicisn que da el R.P. Calmet}. No era posible librarse de sus visitas peligrosas y de sus infestaciones mas que cuando se les exhumaba, se les empalaba, se les cortaba la cabeza, se les arrancaba el corazsn o se les quemaba. Los que morman chupados se transformaban habitualmente en vampiros a su vez. Los diarios pzblicos de Francia y de Holanda hablan, en 1693 y 1694, de vampiros que aparecman en Polonia, y sobre todo en Rusia. Se ve en el Mercure Galant de esos aqos que era una opinisn muy comzn en los pueblos que los vampiros aparecman despuis del mediodma y hasta la medianoche; que chupaban la sangre de los hombres y de los animales vivos con tanta avidez que a menudo esa sangre les salma por la boca, por las narices, y por las orejas, y algunas veces, lo que es azn mas duro, sus cadaveres nadaban en la sangre en el fondo de sus atazdes. Se decma que estos vampiros, como tenman continuamente gran apetito, comman tambiin la ropa que se encontraba alrededor de ellos. Se agrega que, saliendo de sus tumbas, se iban en la noche a abrazar violentamente a sus parientes o a sus amigos, y que chupaban la sangre apretandoles la garganta, para impedirles que gritaran. Los que eran chupados se debilitaban de tal modo que morman casi de inmediato. Las persecuciones no se dirigman a una persona solamente: se extendman tambiin de un vampiro hasta el zltimo de la familia o de la aldea, a menos que se interrumpiera el curso cortando la cabeza o perforando el corazsn de un vampiro, cuando se encontraba el cadaver blando, flexible, pero fresco, aunque muerto hacma mucho tiempo. Como salma de sus cuerpos una gran cantidad de sangre, algunos la mezclaban con harina para hacer pan: ellos pretendman que comiendo ese pan se podman proteger de atentados del vampiro. He aqum algunas historias de vampiros: El seqor de Vassimont, enviado a Moravia por el duque de Lorraine, Leopoldo I, aseguraba, dice Calmet, que este tipo de espectro aparecma frecuentemente y por largo tiempo donde los moravos, y que era muy comzn en esa zona que hombres muertos se presentasen en las reuniones despuis de muchas semanas, se sentasen en la mesa sin decir nada a sus conocidos, e hiciesen un signo con la cabeza a alguno de los asistentes, el cual morma infaltablemente algunos dmas despuis. Un viejo cura confirma este hecho al seqor de Vassimont, y cita incluso muchos ejemplos que habman pasado, segzn il decma, delante de sus ojos. Los obispos y los curas de la zona habman consultado a Roma sobre estas confusas materias, pero la Santa Sede no dio respuesta, pues consideraba todo esto como visiones. Por de pronto se aconsejaba desenterrar los cuerpos de los que se transformaban, quemarlos o consumirlos de alguna otra manera, y fue por este medio que se libraron de estos vampiros, que dma a dma se hicieron menos frecuentes. De todas maneras estas apareciones dieron lugar a una pequeqa obra compuesta por Ferdinando de Schertz, e impresa en Olmutz en 1706 bajo el tmtulo de Magia Posthuma. El autor cuenta que en cierta aldea una mujer, estando muerta y con todos los sacramentos, fue enterrada en el cementerio de manera normal. Claramente no se trataba de una persona excomulgada, pero tal vez sm una sacrmlega. Cuatro dmas mas tarde los habitantes de la aldea oyeron un gran ruido y vieron un espectro que se presentaba bajo la forma de un perro. Despuis, bajo la forma de un hombre, no a una persona solamente, sino a muchas. Este espectro apretaba la garganta de las personas a las cuales se dirigma, les apretaba el estsmago hasta sofocarlas, les quebraba casi todo el cuerpo y los reducma a una debilidad extrema, de modo que se les vema palidos, flacos y extenuados. Los animales mismos no estaban tampoco al abrigo de su maldad: amarraba las vacas una a otra por la cola, cansaba a los caballos y atormentaba de tal manera al rebaqo, de cualquier forma, que no se escuchaban mas que mugidos y gritos de dolor. Estas calamidades duraron varios dmas, y no se terminaron mas que quemando el cuerpo de la mujer vampiro. El autor de la Magia Posthuma cuenta otra anicdota mas singular azn. Un pastor de la aldea de Blow, cerca del pueblo de Kadam, en Bohemia, aparecis poco tiempo despuis de su muerte con los smntomas que anuncian el vampirismo. El fantasma llamaba por su nombre a ciertas personas, que morman infaltablemente dentro de ocho dmas. Atormentaba a sus antiguos vecinos, y causaba tanto temos, que los paisanos de Blow desenterraron su cuerpo y lo fijaron en la tierra con una estaca con la cual le atravesaron el corazsn. este espectro, que hablaba azn cuando estaba muerto, y que no deberma haberlo hecho en tal situacisn, se burlaba sin embargo de los que le hacman sufrir tal tratamiento. "Ustedes son muy graciosos", les decma, abriendo su gran boca de vampiro, "al darme un bastsn para defenderme contra los perros". No se puso atencisn a lo que il pudiese decir, y se le dejs. La noche siguiente quebrs la estaca, se levants, asusts a muchas personas y ahogs a mas de los que habma ahogado hasta el momento. Se lo entregaron al verdugo, quien lo puso sobre una carreta para transportarlo fuera de la aldea y quemarlo. El cadaver movma los pies y las manos, daba vuelta los ojos ardientes, y chillaba como un furioso. Cuando lo atravesaron de nuevo con una estaca lanzs grandes gritos y expulss sangre muy roja; pero cuando estuvo bien quemado, no se mostrs mas... Tambiin en el siglo XVIII se hablaba contra los resucitados de este tipo; y en muchos lugares, cuando se les desenterraba, se les encontraba perfectamente frescos y sonrosados, con los miembros flexibles y manipulables, sin verde y sin pudricisn, pero no sin una gran hediondez. El autor que nosotros hemos citado asegura que en su tiempo se veman a menudo vampiros en las montaqas de Silesia y de Moravia. Aparecman en pleno dma, asm como en la mitad de la noche, y uno se daba cuenta de que las cosas que les habman pertenecido se movman y cambiaban de lugar sin que persona alguna pareciera tocarlas. El znico remedio contra estas apariciones era cortar la cabeza y quemar el cuerpo del vampiro. Hacia el aqo 1725 un soldado que estaba de guardia donde un paisano en las fronteras de Hungrma vio entrar, en un momento de la comida, un desconocido que se sents a la mesa cerca del jefe de la casa. este se asusts mucho, asm como el resto de la concurrencia. El soldado no sabma que pensar, y temma ser indiscreto haciendo preguntas, pues ignoraba de que se trataba. Pero cuando el dueqo de casa muris al dma siguiente, trats de conocer al sujeto que habma producido este accidente, y puso a toda la casa en accisn. Se le dijo que el desconocido que il habma visto entrar y sentarse a la mesa, para gran temor de la familia, era el padre del dueqo de la casa, que estaba muerto y enterrado desde hacma diez aqos, y que al venir asm, a sentarse cerca de su hijo, habma tramdo la muerte. El soldado conts estas cosas en su regimiento, y se encomends a los oficiales que dieran cuenta al conde de Cabriras, capitan de infanterma, para hacer un informe de este hecho. Cabriras se dirigis al lugar con otros oficiales, un cirujano y un auditor, escucharon las exposiciones de toda la gente de la casa, quienes atestiguaron que el resucitado no era otro que el padre del dueqo de casa, y que todo lo que el soldado habma dicho era exacto, lo que fue confirmado tambiin por gran parte de los habitantes de la aldea. En consecuencia,se hizo desenterrar el cuerpo de este espectro. Su sangre era flumda, y su carne tan fresca como la de un hombre que acaba de morir. Se le corts la cabeza, despuis de lo cual se le volvis a su tumba. Luego de otras informaciones, se exhums a un hombre que habma muerto hacma treinta aqos, y que habma regresado tres veces a su casa, a la hora de la comida, y que habma chupado del cuello, la primera vez, a su propio hermano, la segunda, a uno de sus hijos, y la tercera, a un valet de la casa. Los tres habman muerto casi en el lugar. Cuando este viejo vampiro fue desenterrado se le encontrs, como al primero, con la sangre flumda y el cuerpo fresco. Se le colocs un gran clavo en la cabeza, y en seguida se le volvis a su tumba. El conde de Cabriras hizo quemar a un tercer vampiro que estaba enterrado hacma dieciseis aqos, y que habma chupado la sangre y causado la muerte a dos de sus hijos. Despuis de todo esto, la regisn se tranquilizs. Se ha visto, de todo lo anterior, que generalmente, cuando se exhuma a los vampiros, sus cuerpos parecen rosados, flexibles, bien conservados. Sin embargo, a pesar de todos estos indicios de vampirismo, no se actuaba contra ellos sin informes judiciales. Se citaba y se escuchaba a los testigos, se examinaban las razones de los demandantes, se consideraban con atencisn los cadaveres, y si todo anunciaba a un vampiro, se les entregaba al verdugo, quien los quemaba. A veces acontecma que estos espectros aparecman hasta tres y cuatro dmas despuis de su ejecucisn, azn cuando sus cuerpos habman sido reducidos a cenizas. A menudo se diferma el entierro por seis o siete semanas a ciertas personas sospechosas. Cuando ellos no se podrman, y sus miembros se mantenman flexibles y su sangre fluma, entonces se les quemaba. Se aseguraba que los trajes de estos difuntos se movman y cambiaban de lugar sin que ninguna persona los tocara. El autor de la Magia Posthuma cuenta que se vema en Olmutz, a fines del siglo XVII, a uno de estos vampiros, que, no habiendo sido enterrado, lanzaba piedras a los vecinos y molestaba terriblemente a los habitantes. Calmet informa, como una circunstancia particular, que en las aldeas que estan infestadas de vampirismo, si uno va al cementerio o visita las fosas, se encuentra que tienen dos o tres o muchos hoyos del grosor del dedo. Si uno escarba entonces en estas fosas, siempre encuentra un cuerpo flexible y rosado. Si se corta la cabeza de este cadaver, sale sangre flumda de sus venas y de sus arterias, fresca y abundante. Los sabios benedictinos se preguntan enseguida acaso estos hoyos que aparecen en la tierra que cubre los vampiros pueden constribuir a conservar una especie de vma de respiracisn, de vegetacisn, que hace mas cremble su retorno entre los vivos; ellos piensan con razsn que esta idea, fundada por lo demas en los hechos, no es ni probable ni digna de atencisn. El mismo escritor cita, ademas, sobre los vampiros de Hungrma, una carta de M. de l'Isle de Saint-Michel, quien vivis mucho tiempo en los pamses infestados, y que debman saber algo. He aqum csmo M. de l'Isle se explica a propssito de esto: "Si una persona que se encuentra atacada de languidez, pierde el apetito, enflaquece a ojos vista, y al cabo de ocho o diez dmas, algunas veces una quincena, muere sin fiebre y sin nungzn otro smntoma de enfermedad, mas que su enflaquecimiento y su sequedad, se dice en Hungrma que es un vampiro lo que se ha adherido a esta persona, y le chupa la sangre. Aquellos que son atacados por esta melancolma negra, la mayorma de las veces, teniendo el espmritu confundido, creen ver un espectro blanco que les sigue por todas partes, como la sombra lo hace con el cuerpo. "Cuando nosotros estabamos en invierno donde los Valaques, dos caballeros de la compaqma de la cual yo era corneta murieron de esta enfermedad, y muchos otros, que habman sido atacados, habrman probablemente muerto de lo mismo si un caporal de nuestra compaqma no hubiese curado sus imaginaciones al ejecutar el remedio que la gente de la regisn empleaba para esto: aunque muy singular, yo no lo he lemdo nunca. He aqum: "Se escoge un joven, se le hace montar en pelo sobre un potro, absolutamente negro; se lleva al joven y al caballo al cementerio; ellos se pasean sobre todas las fosas. Aquella sobre la cual el animal rehusa pasar, a pesar de los golpes de espuela que se le dan, se considera que esta encerrando a un vampiro. Se abre esta fosa, y se encuentra un cadaver tan bello y tan fresco como si fuera un hombre tranquilamente dormido.
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MensajeTema: Re: Artículo   Artículo Icon_minitimeMiér Mayo 07, 2008 12:41 pm

Se corta, de un golpe de hacha, el cuello de este cadaver; sale sangre abundantemente, de la mas bella y de la mas roja, o al menos se cree verla asm. Una vez hecho esto, se vuelve a colocar el vampiro en su fosa, se la llena, y se puede asegurar que desde ese momento la enfermedad cesa, y todos aquellos que habman sido atacados recobran sus fuerzas, poco a poco, como la gente que escapa de una larga enfermedad agotadora..." Los griegos llaman a sus vampiros brucolaques; ellos estan convencidos de que la mayor parte de los espectros de excomunisn son vampiros, que no se pueden podrir en sus tumbas, que ellos aparecen tanto de dma como de noche, y que es muy peligroso encontrarse con ellos. Lesn Allatius, que escribma en el siglo XVII, entra en este tema con grandes detalles. Il asegura que en la isla de Chio los habitantes no contestan mas que cuando se les llama dos veces, porque estan convencidos de que los brucolaques no los pueden llamar mas que una sola vez; azn mas, ellos creen que cuando un brucolaque llama a una persona viva, si esta persona responde, el espectro desaparece, pero el que ha respondido muere al cabo de algunos dmas. Se cuenta lo mismo sobre los vampiros de Bohemia y Moravia. Para prevenir la fuensta influencia de los brucolaques, los griegos desentierran el cuerpo del espectro y lo queman, despuis de haber recitado oraciones. entonces el cuerpo, reducido a cenizas, no aparece mas. Ricaut, que viaja por el Levante en el siglo XVII, agrega que el temos a los brucolaques es general entre los turcos, asm como entre los griegos. Il cuenta un hecho, recibido de un caloyer, el que asegura que la cosa es cierta bajo juramento. Un hombre, habiendo muerto excomulgado, por una falta que habma cometido en la Morei, fue enterrado sin ceremonia en un lugar apartado, y no en tierra santa. Los habitantes fueron bien pronto asustados por apariciones horribles que atribuyeron a este desgraciado. Se abris su tumba, al cabo de algunos aqos, y se encontrs su cuerpo inflado, pero sano y bien dispuesto. Sus venas estaban repletas de sangre que il habma chupado. Se reconocis en il a un brucolaque. Despuis de que se discutis qui es lo que se podma hacer, los caloyeres propusieron desmembrar el cuerpo, reducirlo a pedazos, y hacerlo hervir en vino, ya que esa es la costumbre que ellos tienen desde tiempos muy antiguos respecto de los brucolaques. Sin embargo, los parientes lograron, a fuerza de ruegos, que se diferiera la ejecucisn; el cuerpo fue puesto en la iglesia, donde se le dedicaban todos los dmas oraciones por su descanso. Una maqana que el caloyer hacma el servicio divino, se escuchs de golpe una especie de detonacisn en el ataud. Lo abrieron, y se encontrs el cuerpo disuelto, como debe ser aquel de un muerto enterrado desde hace diez aqos. Se toms nota del momento en que se produjo el ruido, y era precisamente la hora en que la absolucisn acordada por el patriarca habma sido firmada... Los griegos y los turcos imaginan que los cadaveres de los brucolaques comen durante la noche, se pasean, hacen la digestisn de lo que han comido, y se alimentan realmente. Ellos cuentan que al desenterrar estos vampiros los encuentran de color rosado, y que las venas estan hinchadas por la cantidad de sangre que ellos han chupado; que cuando se abre su cuerpo, salen chorros de sangre tan fresca como la de un hombre con temperamento sangumneo. Esta opinisn popular se ha extendido en forma tan general, que todo el mundo cuenta historias relacionadas. La costumbre de quemar los cuerpos de los vampiros es muy antigua en gran parte de otros pamses.Guillermo de Neubrige, que vivmo en el siglo XII, cuenta {vease Guillermo Neubrig, Rerum anglicarum, libro V, cap. XXII} que en su ipoca se vio en Inglaterra, en el territorio de Buckingham, un espectro que aparecma en cuerpo y alma, y que asustaba a su mujer y a sus parientes. Uno no podma defenderse de su amenaza mas que haciendo gran ruido cuando se acercaba. Il se mostraba incluso en pleno dma, a ciertas personas. El cura de Lincoln pidis al respecto su consejo, y il le dijo que situaciones similares se habman producido en Inglaterra, y que el znico remedio que il conocma para este mal era quemar el cuerpo del espectro. Al cura no le parecis bueno este consejo, por ser muy cruel. Il escribis una cidula de absolucisn, la que fue puesta sobre el cuerpo del difunto, el que se encontraba tan fresco como el dma de su enterramiento, y desde entonces el fantasma no se mostrs mas. El mismo autor agrega que las apariciones de este tipo eran muy frecuentes en Inglaterra. En cuanto a la opinisn extendida en el Levante respecto a que los espectros se alimentan, esta muy difundida durante siglos en otras regiones. Hace mucho tiempo que los alemanes estan persuadidos que los muertos mastican como los chanchos en sus tumbas, y que es facil escucharlos gruqir al masticar lo que ellos devoran. Phillipe Rherius, en el siglo XVII, y Michel Raufft, a principios del siglo XVIII, han publicado tratados sobre los muertos que comen en sus sepulcros {De masticatione mortuorum in tumulis}. Despuis de haber hablado del convencimiento que tienen los alemanes, en el sentido de que hay muertos que se comen su ropa, y todo lo que esta a su alcance, incluso su propia carne, estos escritores hacen notar que en algunas partes de Alemania, para impedir que los muertos mastiquen, se les pone en su ataud un terrsn bajo el mentsn, que ademas se les llena la boca con un pedazo de plata, y que otros les aprietan fuertemente la garganta con un paquelo. Ellos citan a muertos que se han devorado a sm mismos en sus sepulcros. Es de asombrarse de ver sabios encontrar algo prodigioso en estos hechos tan naturales. Durante la noche que siguis a los funerales del conde Henri de Salm, se escuchs en la iglesia de la abadma de Haute-Seille, donde il habma sido enterrado, gritos sordos, que los alemanes habrman sin duda tomado por el gruqido de una persona que mastica, y al dma siguiente, al abrir la tumba del conde, se le encontrs muerto pero dado vuelta, con la cara hacia abajo, siendo que il habma sido inhumado de espaldas: se le habma enterrado vivo. Se debe atribuir a una causa similar la historia contaba por Raufft de una mujer de Bohemia, que en 1345 comis en su fosa la mitad de su mortaja sepulcral. En el zltimo siglo, un pobre hombre que habma sido inhumado precipitadamente en el cementerio, se escuchs durante la noche ruido en su tumba. Fue abierta al dma siguiente, y se encontrs que se habma comido la carne de sus brazos. Este hombre, que habma bebido aguardiente con exceso, habma sido enterrado vivo. Una seqorita de de Ausburgo cays en tal letargo que se la creys muerta. Su cuerpo fue puesto en una fosa profunda, sin cubrirla de tierra. Pronto se escuchs un ruido en la tumba, pero no se le prests atencisn. Dos o tres aqos despuis, alguien de la misma familia muris, se abris la tumba y se encontrs el cuerpo de la seqorita cerca de la piedra que cerraba la entrada: ella habma en vano tratado de mover esa piedra, y no tenma dedos en la mano derecha, pues los habma devorado de desesperacisn. Tournefort cuenta, en el tomo I de su Viaje al Levante, la forma en que el vio exhumar a un brucolaque de la isla de Mycone, en la cual il se encontraba en 1701. "Era un campesino de naturaleza triste y peleador, circunstancia que hay que hacer notar en sujetos similares. Fue muerto en el campo, no se sabe por quien ni como. Dos dmas despuis de haber sido inhumado en una capilla de la villa, corris la noticia de que se le vema en la noche pasearse a grandes pasos, y que iba a las casas a dar vuelta los muebles, apagar las lamparas, abrazar a la gente por detras y hacer mil travesuras. Al principio se reman, pero el asunto se torns serio cuando la gente mas honesta comenzs a quejarse. Los papas griegos estaban de acuerdo con este hecho y sin duda que ellos tendrman algunas razones para ello. Sin embargo, el espectro continuaba la misma vida. Se decidis al fin, en una asamblea de prmncipes de la villa, curas y religiosos, que se esperarma, segzn no si qui ceremonial antiguo, los nueve dmas posteriores al enterramiento. Al dma dicimo se dio la misa en la capilla en donde estaba el cuerpo, a fin de expulsar al demonio que se crema que estaba allm. Una vez que se dio la misa, se desenterrs el cuerpo y se considers necesario quitarle el corazsn, lo que sacs aplausos a toda la asamblea. El cuerpo olma tan mal que se vieron obligados a quemar incienso; pero este, confundido con el mal olor, no hizo mas que aumentarlo y comenzs a recalentar el cerebro de esa pobre gente. Su imaginacisn se llens de visiones. Dicen que salma un espeso humo de este cuerpo; nosotros nos atrevermamos a asegurar, dice Tournefort, que era el del incienso. No se escuchaban gritos mas que Vroucolacas en la capilla y en la plaza. El ruido se expandis en las calles como por por mugidos, y ese nombre parecma hecho para aterrorizar a todos. Muchos asistentes aseguraban que la sangre estaba azn roja; otros juraban que il estaba azn vivo; se concluma por lo tanto que el muerto cometma la equivocacisn de no estar muerto, o, para decirlo mejor, de de haber sido reanimado por el diablo. Esta es precisamente la idea que se tiene de un brucolaque o vroucolaque. Las personas que lo habman enterrado expresaron que ellos se habman dado cuenta de que no estaba rmgido, cuando se le transportaba del campo a la iglesia para enterrarlo, y que en consecuencia era un verdadero brucolaque. Ese es el refran. En fin, todos estuvieron de acuerdo en quemar el corazsn del muerto, el que despuis de esta ejecucisn no fue mas dscil que antes. Azn se le acusaba de golpear a la gente en la noche, y de vaciar las pipas y las botellas. Era un muerto muy alterado. Yo creo, agrega Tournefort, que il no respets mas que la casa del csnsul en la cual nosotros nos alejabamos. Pero todo el mundo tenma la imaginacisn desbocada, era una verdadera enfermedad del cerebro, tan peligrosa como la manma y la rabia. Se vema a familias enteras abandonar sus casas, llevando sus colchonetas a la plaza para dormir allm. Los mas juiciosos se retiraron al campo. Los ciudadanos un poco celosos por el bien pzblico aseguraron que habma faltado lo mas esencial de la ceremonia: era necesario, decman ellos, celebrar una misa despuis de haber quitado el corazsn del difunto.Ellos pretendman que con esta pretensisn se sorprenderma al diablo, y sin duda no tendrma la audacia de volver. Al haber comenzado con la misa il habma tenido tiempo de entrar despuis de haberse escapado. Sin embargo, se hicieron procesiones en toda la aldea durante tres dmas y tres noches. Se le pidis a los papas que ayunaran, se determins hacer guardia durante la noche, y se detuvo a algunos vagabundos que sin duda tenman parte en todo este desorden. Pero se les dejs libres muy temprano, y dos dmas despuis, para reponerse del ayuno que habman hecho en prisisn ellos recomenzaron a vaciar las pipas de vino de aquellos que habman abandonado su casa durante la noche. Por lo tanto fue necesario volver a las plegarias. "Una maqana en que se recitaban estas oraciones, despuis de haber puesto cantidades de espadas desnudas sobre la fosa del cadaver, al cual se le desenterraba tres o cuatro veces por dma, siguiendo el capricho del primero que llegaba, un albano que se encontraba en Mycone dijo en tono doctoral que era ridmculo utilizar en casos similares las espadas de los cristianos. ">No ven ustedes, pobre gente, que la guarnicisn de las espadas, al formar una cruz con las empuqaduras, impide al diablo salir de este cuerpo? >Por qui no se sirven ustedes mejor de los sables de los turcos?" El consejo no sirvis de nada: el brucolaque era intratable, y no se sabma a qui santo encomendarse, hasta que se resolvis, de una voz unanime, quemar el cuerpo entero. Despuis de esto ellos desafiaban al diablo a alojarse allm. Se prepars por lo tanto una pira al extremo de la isla de Saint-Georges, y los restos del cuerpo fueron consumidos el 1. de enero de 1701. A partir de entonces no se escuchs mas hablar del brucolaque: se contentaron con decir que el diablo habma sido atrapado esta vez, y se hicieron cantos para ponerlo en ridmculo. "En todo el archipiilago, dijo Tournefort, estamos bien persuadidos que no es mas que de los griegos del rito griego de los cuales el diablo reanima los cadaveres. Los habitantes de la isla de Santonine conocen muy bien este tipo de espectros. Los de Mycone, despuis de que sus visiones fueron desvanecidas, temman igualmente las persecuciones de los turcos, y aquellas del cura de Tine. Ningzn cura querma quedarse en Saint-Georges cuando se quems el cuerpo, por temor a que el obispo exigiera una suma de dinero por haber hecho desenterrar y quemar un muerto sin su permiso. Para los turcos es seguro que en la primera visita ellos lograron hacer pagar a la comunidad de Mycone la sangre de este pobre vuelto a la vida que fue la abominacisn y el horror de su regisn." Se publics, en 1773, una pequeqa obra titulada Pensamiento filossfico y cristiano sobre los vampiros, por Juan Cristsbal Herenberg. El autor habla, a la pasada, de un espectro que se le aparecis a il mismo en pleno mediodma: il afirma que los vampiros no hacen morir a los vivos y que todo lo que se dice no debe ser atribumdo mas que a la confusisn de la imaginacisn de los enfermos. Il prueba, por diversas experiencias, que la imaginacisn es capaz de causar grandes dessrdenes en el cuerpo y en el estado de animo. Hace notar que en Eslavonia se empala a los asesinos, y que se perfora el corazsn de los culpables con una estaca que se les entierra en el pecho. Si se ha empleado el mismo castigo contra los vampiros, es porque se les supone autores de las muertes de aquellos a los que se dice que les chupan la sangre. Cristsbal Herenberg da algunos ejemplos de este suplicio ejercido contra los vampiros, algunos desde el aqo 1337, otros en el aqo 1347, etc.; habla de la opinisn de aquellos que creen que los muertos mascan en sus tumbas, opinisn que el trata de probar por la antig"uedad de las citas de Tertullien, al comienzo de su libro de la Resurreccisn, y de San Agustmn en el libro VIII de la Ciudad de Dios. En cuanto a esos cadaveres que se han encontrado, il dice, llenos de una sangre flumda, y en los cuales la barba, los cabellos y las uqas se han renovado, con un poco de preocupacisn se pueden rebatir los tres cuartos de estos prodigios; y azn hay que ser muy benevolente para admitir una parte.
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MensajeTema: Re: Artículo   Artículo Icon_minitimeMiér Mayo 07, 2008 12:42 pm

Todos aquellos que razonan conocen bien csmo el vulgo es cridulo, y azn como ciertas historias hacen crecer las cosas, que parecen extraordinarias. Sin embargo, no es imposible explicar fmsicamente la causa. Se sabe que hay ciertos terrenos que son adecuados para conservar los cuerpos en todo su frescor: las razones han sido tan explicadas que no es necesario detenerse en ello. Se muestra azn en Toulouse, en una iglesia, una bodega donde los cuerpos permanecen tan perfectamente enteros, que se han encontrado en 1789 que habman algunos de cerca de dos siglos, y que parecman vivos. Los habman ordenado de pie contra las murallas, y llevaban azn los vestidos con los cuales se les habma enterrado. Lo que hay de mas singular es que los cuerpos que se ponen del otro lado de esta misma bodega se transforman dos o tres dmas despuis en la comida de los gusanos. En cuanto al crecimiento de las uqas, de los cabellos y de la barba, eso se nota muy a menudo en muchos cadaveres. Mientras queda humedad en los cuerpos no es sorprendente que durante cierto tiempo se vea algzn aumento en partes que no exigen la afluencia de jugos vitales. En cuanto al grito que los vampiros hacen escuchar cuando se les entierra la estaca en el corazsn, nada es mas natural. El aire que se encuentra encerrado en el cadaver, y que se hace salir con violencia, produce necesariamente este ruido al pasar por la garganta: a menudo azn los cuerpos muertos producen estos sonidos sin que se les toque. He aqum una anicdota que puede explicar algunas de las caractermsticas del vampirismo, que no pretendemos negar o explicar. El lector sacara las consecuencias que de ello deriven naturalmente. Esta anicdota ha sido informada en muchos diarios ingleses, y particularmente en el Sun del 22 de mayo de 1802. A comienzos de abril del mismo aqo, el llamado Alexander Anderson se dirigma de Elgin a Glasgow, sufris una cierta enfermedad, y entrs en una hacienda que se encontraba en la ruta, para descansar un poco. Ya sea por haber estado ebrio, sea por no querer ser inoportuno, se fue a acostar en una casucha donde se cubris de paja, de manera de pasar inadvertido. Desgraciadamente, despuis de que il se hubo dormido, la gente de la hacienda tuvo ocasisn de agregar una gran cantidad de paja a aquella de la cual el hombre se habma servido, y no fue mas que tras cinco semanas que se le descubris en esta singular situacisn. Su cuerpo no era mas que un esqueleto horrible y descarnado. Su espmritu estaba tan confundido y enajenado que no daba ningzn signo de comprensisn: ya no podma hacer uso de sus pies. La paja que habma rodeado su cuerpo estaba reducida a polvo, y aquella que estaba cerca de su cabeza parecma haber sido masticada. Cuando se le retirs de esta especie de tumba, tenma las mejillas practicamente apagadas, azn cuando sus latidos eran muy rapidos, la piel estaba hzmeda y frma, los ojos inmsviles y muy abiertos, y la mirada asombrada. Despuis de que se le hizo tragar un poco de vino recobrs suficientemente el uso de sus facultades fmsicas e intelectuales para decirle a una de las personas que le interrogaban que la zltima circunstancia que recordaba era aquella en la cual habma sentido que se le lanzaba paja sobre el cuerpo, pero parecma que despuis de aquello no tuvo mas conocimiento de su situacisn. Se supuso que il habma permanecido permanentemente en un estado de delirio, ocasionado por la escasez de aire y por el olor de la paja, durante las cinco semanas que il habma pasado asm, si no sin respirar, al menos respirando difmcilmente y sin tomar mas alimento que el poco de sustancia que pudo extraer de la paja que le rodeaba y que il tuvo el instinto de masticar. "Este hombre tal vez viva azn. Si su resurreccisn hubiera tenido lugar en poblaciones infectadas por la idea del vampirismo, tomando en cuenta sus grandes ojos, su aire despistado, y todas las circunstancias de su situacisn, lo habrman quemado antes de darle tiempo de volver en sm; y serma un vampiro mas."
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MensajeTema: Re: Artículo   Artículo Icon_minitimeSáb Jul 19, 2008 12:53 pm

wow o-o alucino!! de donde sacas todo esto??? esta genial

psss casi me muero leiendo xD
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MensajeTema: Re: Artículo   Artículo Icon_minitime

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